lunes, 28 de septiembre de 2009

Voz en Off



Porque toda lectura implica una voz en off. Porque todavía creemos que la vanidad del autor prolonga su voz, y nuestros oídos se hacen sordos a La Voz. [Sus oídos también] {Engolosina con la voz que creemos nuestra}
M E N T I R A.

Bogotá, 2009

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Estado actual

Aunque no creo en la felicidad,

Hoy digo que soy feliz


A pesar de no creer en el amor,

Hoy soy feliz porque amo.


A pesar de la vida

Celebro la muerte, no del cuerpo {esa nada importa}

Sí de la presencia.

Bogotá, 2009

lunes, 21 de septiembre de 2009

Profusión de amor {del puro}

Elucubraciones de una mente en vacaciones

Tal vez la lectura sea tan solo la necesidad de entrometerse en la escritura de otro. Tal vez la lectura sea tan solo el repaso de la piel de otro con la piel nuestra y tal vez lo hagamos porque siempre queremos retornar al origen, entendido de forma individual e íntima, como el comienzo o el final, qué importa.

Bogotá, 2009

sábado, 19 de septiembre de 2009

Un poco de sangre

http://www.youtube.com/watch?v=GdpoUCe26Sw&feature=related

Pachuco’s Fever

Bogotá, 2009

Retrato

No hay mejor perfil de nosotros mismos que la propia escritura.

Bogotá, 2009

jueves, 17 de septiembre de 2009

Remembranzas autistas


En algún momento pasado, en una noche sobre una calle bogotana, Efraim Medina me preguntó si creía en el amor. No, no creo en el amor. Para matarlo hay que estar convencido de que existe y yo no creo en él. Creo, por el contrario, que hay una serie de factores que se encuentran en un momento determinado y cambian los lentes con los que vemos la vida: aligerando lo pesado y embelleciendo lo denostado. Después, cuando pasa el efecto, nos podemos reír, como lo han hecho los demás, de nosotros mismos.

Bogotá, 2009

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Un brindis



Por todos los “pata de perro”

Por los pachucos de este y de otro tiempo

Alzamos el cristal {muéstrame el Bacarat, ya sabes a quién le hablo}

Por los que cantan a voz desnuda con la alegría del que da al que es querido,

Un brindis al que usa la c y la h en todas sus posibles mezclas

Un brindis para aquel al que la x se le convierte en j en la garganta.

Bogotá, 2009

martes, 15 de septiembre de 2009

La preferencia del autor

Felice Bauer

Termino de leer El otro proceso de Kafka, de Elias Canetti. Entre las grietas de mis lecturas reconozco la ausencia de Franz Kafka en mi archivo. Me he defendido con la angustia que me producen sus obras, he renunciado a ellas y, aunque a veces siento la necesidad de visitarlas, no he puesto mucho empeño en el intento. Ahora, como una imposición, tengo la película protagonizada por Jeremy Irons y una selección de cuentos dentro de la bibliografía de mi clase. Retornando a las primeras líneas, el libro de Canetti esperaba por mí en uno de los estantes de la biblioteca heredada. Tal vez mi papá lo trajo a casa escondido entre su gabardina beige, prensado entre el periódico y los papeles del banco, para que mi mamá no lo viera y diera, como todos los días, las múltiples razones de la insuficiencia de espacio. El librito tiene líneas señaladas de forma muy respetuosa para ser las de mi padre que, con esfero, repetía las líneas o dejaba una estela a modo de paratexto en la caja de la hoja; se me ocurre pensar que tal vez fue el librero alemán, amigo de andanzas (hacían excursiones juntos a los nevados en las que el delirio se apoderaba de mi padre y lo hacía ver a la Virgen María llamándolo a su regazo), con su mesura, quien dejó esos insignificantes puntos que yo ahora repiso con resaltador.

Dejando a un lado la anécdota, el libro de Canetti es para mí el deleite de quien husmea en casa de la abuela cofres y cajas con cartas y objetos varios, y, al mismo tiempo, es ventana por la que desfilan una serie de personajes (no personas) que, en algún momento de mi vida, han cruzado la calle. La imagen de las cartas no es gratuita: eso es lo que hace Canetti con la correspondencia entre Kafka y Felice Bauer, mujer que conoce un atardecer del 13 de agosto de 1912, en casa de la familia Brod. La reconstrucción es propiciada por Felice que prensó, en los pliegues del papel, al guardar las cartas enviadas por Kafka, la personalidad del escritor. Me reservo los calificativos y, en cambio, paso a re-escribir algunos apartes del ensayo:

Con el tiempo, ese deseo de influencia a Felice se convierte en una auténtica campaña, y queda claro qué persigue en realidad con ello. Su intención es la de “desaburguesar” a Felice, quitarle de la mente los muebles, que para él personifican los más horrible y odioso del matrimonio burgués […] pide fotografías a Felice en medio de un grupo de niños, que quiere conocer a distancia mediante la observación detallada de las fotos; alaba exageradamente a Felice cuando está contento de ella, y esta alabanza suena tan intensa que ella ha de creerla manifestación de amor: se produce siempre cuando ella sigue sus instrucciones. Paulatinamente, Kafka llega a esperar de ella auténtica subordinación y obediencia. La rectificación de la imagen de Felice, la transformación de su carácter ―sin lo cual él no puede imaginar una vida futura con ella―, se convierten poco a poco en gobierno sobre ella. (Canetti, 182, 184)

Ya que no quiero que el sabor de la lectura quede cristalizado en la predilección que estas líneas detentan, termino con estas que hacen referencia al creador, al escritor, por encima del hombre, y con las que me quedo, al final de todo:

“Cuando quedó claro en mi organismo que la creación literaria era la actividad más fecunda de todo mi ser, todo tendió hacia ella, desocupando todas mis otras facultades, atraídas por las alegrías del sexo, de la comida, de la bebida, de la reflexión filosófica, y sobre todo de la música. Iba adelgazando en todas estas direcciones. Ello fue necesario, dado que mis fuerzas eran en conjunto tan débiles, que sólo unidas podían ponerse más o menos regularmente al servicio de mis tareas literarias […]”. (Canetti: 46)

Bogotá, 2009

domingo, 13 de septiembre de 2009

Otras de la roca Roco

http://www.youtube.com/watch?v=i9Yigt5HjXg&feature=related

Porque algunos tiempos pasados fueron mejores



A veces doy gracias al televisor por dejarme ver en el cristal de su panza cosas que me agradan.

Su panza me hace entender la resistencia de P al paso del tiempo.

Por su panza pasa el tiempo resbalando su pesado cuerpo.

Por Solin, Pata de perro, Morenaza, Don Palabras.

Recomendado: La Maldita Vecindad y los hijos del 5to. Patio

http://www.youtube.com/watch?v=u1aEpG4Ycz8

http://www.youtube.com/watch?v=N3sQ9kW2NN8&feature=channel

martes, 8 de septiembre de 2009

Lola [q. e. p. d]


Hoy mientras montaba y desmontaba cifras en una pantalla de computador, mi gata Lola, en casa, moría. Un corto paseo en la mañana es el último recuento de los hechos; después, una piel gris y blanca iniciada por un charco de babaza repetía el ángulo que forman la pared y el piso detrás del sofá de la sala.

Mi texto de hace dos días lo anunciaba: odio a esta raza maldita que es capaz de alzar su maldita garra en contra de un ser que no ha nacido repitiendo su misma saña.

Bogotá, 2009

lunes, 7 de septiembre de 2009

Abuso del gerundio con un propósito


Egon Schiele

Tomando un café ya demasiado tibio,

Dando leche a Lola,

Leyendo la poesía de un argentino en el blog de Isaías,

Viendo la foto de Pablito,

Oyendo el maullido de la gata,

Cantando las canciones almacenadas,

Huyendo del deber de hacer varias llamadas,

Pensando en lo del día de hoy, de ayer, de esta tarde,

Almacenando las culpas de la impertinencia,

Haciendo la lista de pendientes,

Repartiendo las horas de sol con las de luna:

Todo mientras escribo.

Bogotá, 2009

sábado, 5 de septiembre de 2009

Acerca de la [inexistente] calidad humana



No hay peor raza que la humana, señores. Ninguna como ella tiene la capacidad y la inteligencia tan refinadas para despreciar al débil.

Ningún ser vivo maquina, de forma perfecta como él, los modos de dañar. Tanta es su gracia para hacerlo que lo hace contra sí mismo sin dilación alguna.

Ninguno, como los de su estirpe, se lleva la excelencia cuando de maltratar se trata.

Conozco a varios, señores, mencionar nombres no viene al caso. Eso solo añadiría mayor gloria a sus figuras putrefactas.

Bogotá, 2009

Variaciones musicales

Ya que todas las cosas salieron de su cartera, anotarlas era una tarea inútil e innecesaria.

No importan los detalles si quien mira está por encima del hombro.

Podría hacer un repaso a modo de historia infantil y contar que los príncipes no existen, que solo son ellos mismos los que alimentan tal mentira, pero eso ya todos lo sabemos.

Bogotá, 2009

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Accidentales






Me topé con esto que me gustó. La página es una editorial independiente, La silueta, que hace algo que se debería hacer con más frecuencia.