jueves, 28 de octubre de 2010

El vahído

Anna Karina en Vivre sa vie (1962), de Jean-Luc Godard

El problema del doble no es un problema. Es una opción para mantenerse a flote. Mientras yo escribo en el computador, mi doble lee. Mientras yo camino por una calle, mi doble se sienta a contemplar las palomas desde una banca en el parque.

Bogotá, 2010


miércoles, 27 de octubre de 2010

Consideraciones

Y el personaje, dejando el vaso sobre la mesa, dijo a los que lo acompañaban aquella noche: -Ahora le pido a mis manos que no hagan lo que mi boca niega. Porque lo he visto en los hombres sentados, todos, alrededor de una mesa, y lo he visto en mí, cuando me paso al otro lado de la línea y escucho lo que digo.
Bogotá, 2010

La poética de la imagen

Sábanas, Savanah, Sabana.
Es la escritura la responsable (léase como quien hace una pregunta, porque no es más que eso).

Bogotá, 2010

sábado, 23 de octubre de 2010

Acerca de literatura

Un escritor es aquel que escribe una historia, no el que escribe su historia.
Un lector es aquel que lee su historia, no la historia del escritor.

Bogotá, 2010

viernes, 22 de octubre de 2010

Murakami, mon amour 海辺のカフカ


Firma del autor

Pocas lecturas me han conmocionado como me sucede en estos momentos con Kafka en la orilla (2002), de Haruki Murakami (Tokio, 1949). Humana como soy, mi lectura se mueve al vaivén de buscar una explicación al episodio de los niños en el bosque, o al viaje que inicia el protagonista. ¿La estrategia de tan necesaria necesidad? El relato que comienza in media res.


Bogotá, 2010

miércoles, 20 de octubre de 2010

Sálvame, Solano

Andrés Felipe Solano


Es increíble la forma en que la denominación de escritor se ha convertido en un asunto de la parte por el todo. Y más increíble aun que una revista como Granta, que está entre mis afectos debido a su perfecta mezcla entre la imagen y la palabra, incluya dentro de sus autores estrella a Andrés Felipe Solano. Y, peor aun, no solo que lo incluya sino que, además, le dé la categoría de "uno de los mejores escritores en español". ¿Qué ha escrito Solano, aparte de sus crónicas y balbuceos semi-privados, semi-beatniks, semi-afectados, en revistas de circulación gratuita y remunerada? ¿Qué hay de literario o de novedoso, en enterarnos de que la mitad de su armario o del mueble de su baño está ocupado por artículos de una coreana, o que vivió una temporada con un sueldo mínimo en un cuartucho de Medellín? ¿Puede una novela llamada Sálvame, Joe Louis, (de la que hasta la fecha no habían hablado sino sus amigos y compañeros de trabajo) ser motivo suficiente para considerar a Solano como uno de los mejores escritores? Ahora, por culpa de Granta, tendremos que seguir sufriendo a Solano y sus listas de lecturas preferidas y de comidas predilectas.




Bogotá, 2010

martes, 19 de octubre de 2010

Excursión a la montaña

Grafitti



Oasis


Bosque de pinos


Descanso



A propósito de una lectura

Ficción o realidad. Las clasificaciones, más que para entender cómo funcionan las cosas en este mundo, sirven de complemento a nuestra necesidad de reconocer y reseñar todo lo que nos rodea. De igual modo sucede con la literatura y con la vida. Dados, como somos, a separar las cosas, pensamos que nuestra vida corre por una línea paralela a lo que escribimos o a lo que leemos, y todo el tiempo nos esforzamos por ampliar o por mantener la brecha que separa a las dos. Cuando hablo de la irrealidad de una separación entre la literatura y la vida no me refiero, por supuesto, a una cuestión de representación o de mímesis o de interpretación, me refiero a una cuestión más profunda, más vital y que no puede reducirse al juego entre el modelo y la copia, o entre lo escrito y lo leído.
Bogotá, 2010

viernes, 15 de octubre de 2010

Consideración

Es en la carencia de mí mismo en la que soy más entero.
Es en la ausencia de mí mismo en la que soy yo.

Bogotá, 2010

miércoles, 13 de octubre de 2010

Acerca de las facilidades de publicar un libro




Recién me subí al taxi, escuché la siguiente noticia: "Sale el minero número 15 y ha dicho que escribió sus experiencias durante el mes que estuvo bajo tierra. Próximamente publicará un libro". Este deseo de publicar lo que nos sucede, porque creemos o queremos, que lo que escribimos es importante de ser leído, se está convirtiendo en un virus de lo más contagioso. Atiborrados ante tanto libro acerca de las experiencias como secuestrado, como naúfrago, como desmovilizado, como engañado, como atrapado, el ejercicio de la escritura ha dejado de ser lo que era para convertirse en vehículo de morbo y novelería. Ante tanta devaluación del libro (ahora es más difícil publicar en un medio virtual que sacar 300, 500 o 1000 ejemplares en autoedición), y tanta pornografía de las anécdotas, creo que la mejor y más provechosa actividad si de fisgonear se trata, sigue siendo escuchar una conversación mientras se toma una taza de café o se espera turno en una fila.


Bogotá, 2010

martes, 12 de octubre de 2010

Tiempos violentos

--Señor, ¿me puede decir dónde encuentro la inmortalidad?
--¿Para qué la buscas?
--Para matarla.


Bogotá, 2010

viernes, 8 de octubre de 2010

La Bohème, la Bohème

Suzzane Valadon, Les deux chats, 1918

Maurice Utrillo, The Church [], 1920



Suzanne Valadon fue el nombre con el que Toulouse-Lautrec bautizó, ajenjo de por medio, a la bailarina, malabarista y modelo que años más tarde sería pintora, y amante de pintores, y madre de otro pintor, Maurice Utrillo.

Bogotá, 2010

La colmada espera


Después de tantos años, de tantas rivalidades sin zanjar, de tantas páginas escritas y publicadas, Vargas Llosa recibe el Nobel de Literatura 2010. En términos de espera (es decir, de acumulación de tiempo), puede ser que el premio sea acertado; lo mismo que para aquellos que creen que la parte es el todo y que, al recibirlo un latinoamericano, lo estamos recibiendo todos los latinoamericanos (ya se sabe que somos muy dados a vivir de la gloria de los otros); pero, a riesgo de un cupo en el paredón público, me queda el sin sabor de un premio a las letras que es justificado por "for his cartography of structures of power and his trenchant images of the individual's resistance, revolt, and defeat".

Bogotá, 2010

jueves, 7 de octubre de 2010

La sociedad disociada





He visto La sociedad del semáforo, película de Rubén Mendoza (1980). Es necesario que quede la constancia escrita de mi rol como espectadora de cine nacional. A riesgo de ofender a aquellos (muchos, desgraciadamente) que creen que la identidad nacional o mi gentilicio se define a través de mis alaridos cada vez que el equipo de fútbol colombiano juega, o del uso de tiritas tricolores en mis muñecas o en mi bolso o en mi billetera, o de extrañar la arepa, los fríjoles o el bocadillo o los paisajes o, la campeona para mí, la idiosincrasia de nuestro pueblo, cuando he vivido por fuera, debo decir que revelar que gasté dinero en la boleta de una película nacional es casi tan vergonzoso como reconocer a un colombiano en otra parte del planeta. Pasada lo que para aquellos (muchos, afortunadamente) es una ofensa a nuestra tan genuina y tan endémica (leáse de las dos formas, como enfermedad y como aborígen) marca "Colombia es pasión", vuelvo a consignar mi experiencia como espectadora de dicha película para decir que la catalogo como "experiencia feliz". La felicidad se explica desde el plano de lo meramente visual que es, para mí, la fortaleza y la debilidad de esta ópera prima; fortaleza, porque es agradable y placentera (no quiero entrar en discusiones álgidas con las definiciones de "Placer", schhhhh, Platón & Co, schhhhhh Barthes & Co) solo por el gesto de su apuesta por separar imagen de anécdota, y debilidad, porque es la misma imagen la que se deja engolosinar con su propia imagen y con el efecto que no supera eso mismo, su ser como imagen (¿Cuál es la relación del trancón de ambulancias con el resto de la película?). La felicidad también se explica con el desmoronamiento, aunque no muy alejado de Dago y Co, Cabrera y Co, Trompetero y Co, Gaviria y Co., (y no quiero sentir vergüenza recalcitrante citando a escritores de novela, o lo que los editores han decretado como novela) de que la única fuente de la que puede abrevar nuestra imaginación y nuestra producción artística es la violencia, el narcotráfico, la droga y el taparrabos (después se quejan de por qué nos tildan de drogadictos, por qué nos separan en las filas de ingreso a otros países, por qué en el extranjero creen que Bogotá queda en mitad de la selva y que nos movemos entre lianas, -no tengo nada contra la naturaleza, es más la prefiero-).


Y todo esto que me ha servido para expresar lo que siento sobre la condición del colombiano, me sirve también para decir con ese compromiso con las aguas tibias que tanto nos caracteriza que, para ser su primera obra, el joven Rubén Mendoza ha hecho un buen trabajo.


Bogotá, 2010

lunes, 4 de octubre de 2010

Página en blanco, página en negro

Intersticios, retruécano, maquiavélico, estertor. Si las palabras pesaran, como pesan las manzanas o los libros, no habría hoja capaz de soportarlas.

Bogotá, 2010

domingo, 3 de octubre de 2010

Balada del Cuenta monedas con un cigarrillo en la mano



En lo seco de la selva

En lo poblado de la estepa

En lo silencioso de la ciudad.

Bogotá, 2010

sábado, 2 de octubre de 2010

Mínimas


Así tengamos la sensación de que el tiempo pasa cada vez más rápido, o repitamos que “Todo tiempo pasado fue mejor”, no debemos perder de vista las posibilidades que ofrece el Déjà vu.

Bogotá, 2010