Estoy contemplando la idea de que las feministas son las verdaderas y más puras sacerdotisas del culto peneano.
También me asalta la idea de que todos los discursos "inclusivistas" y pro-defensores de la diferencia de géneros y demás, son lo más exclusivista que hay, ya no lo más exclusivo, como se sintieron hace unos ya buenos años.
Bogotá, 2014