De las operaciones de la vida, observar y escribir son las mejores. Si uno camina por la calle, puede comprobar a lo que me refiero. No quiero sonar insuficiente, es sólo parte del delirio de la noche. Podría comprobar de lo que hablo, pero entonces tendría que buscar fórmulas y aplicarlas a mi propia vida. No es ese el caso, mientras tú armas tu propio rompecabezas con recortes de revistas, yo vuelo con las letras.
Bogotá, 2011
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