No hay que nombrar la palabra que se nombra a sí misma sin excepción.
Figuras que se trazan al arrimo del lápiz sobre un papel.
El cambio de la letra e por una a se explica en veinte o más páginas que se leen entre la desconfianza y la angustia de lo ilegible.
Figuras que se trazan al arrimo del lápiz sobre un papel.
El cambio de la letra e por una a se explica en veinte o más páginas que se leen entre la desconfianza y la angustia de lo ilegible.
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