Nos vimos hace unos cuantos días.
Se bajó de un taxi con una maleta:
Traía libros y ropa
Pero tuve que prestarle mi jabón y mi crema dental
Venía del centro
Traía los zapatos sucios
Y pisó mi alfombra más querida
Dejó una marca en el espejo
Y un vaso usado sobre la mesa
Por la tarde, cuando volví,
Respiré con deleite la soledad de mi casa.
Donde el fuego nunca se apaga.
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Donde el fuego nunca se apaga. Ya tengo una entrada trascribiendo el
cuento en este blog. Estoy obsesionado con la sentencia terrible de ese
relato y he p...