domingo, 26 de octubre de 2008

La visita

Nos vimos hace unos cuantos días.
Se bajó de un taxi con una maleta:
Traía libros y ropa
Pero tuve que prestarle mi jabón y mi crema dental

Venía del centro
Traía los zapatos sucios
Y pisó mi alfombra más querida

Dejó una marca en el espejo
Y un vaso usado sobre la mesa

Por la tarde, cuando volví,
Respiré con deleite la soledad de mi casa.

martes, 21 de octubre de 2008

Manifiesto

No tengo autores preferidos.
No tengo canciones o cantantes preferidos.
Preferiría, como Bartleby, no hacerlo.
Ya no lo trago
Como sucede cada vez que alguien hace la pregunta.
No he leído al que haz leído y que ahora me preguntas
Es probable que nunca lo lea solo porque tú lo leíste
Ya no me interesa
Leo porque me da la gana
Lo mejor ha sido por azar
Escribo porque me da la gana
Lo hago cuando me da la gana
Es probable que esté errada
Necesitaré una revisión
Según tú
Según ellos
Según yo

Me aburro en las lecturas
Congresos y encuentros (el único divertido fue uno sobre gastronomía en La Recoleta, ¿te acuerdas?)
Discursos vanos
Tiempo que no se va al coladero
Sentados en las sillas, son bocas parlantes
Bla, bla, bla (conocí a uno que arruinó mi cena hace poco)
Toman y reparten algo que ellos llaman por su nombre
El de ellos,
Mientras las palabras, aferradas a la hoja
Temen el arrebato
Por miedo a tanta vanidad ajena.

lunes, 20 de octubre de 2008

Necesidad de piso

Es lo que queda del pasado
Es el reclamo que se incrusta en las esquinas
Después, cuando todos han pasado y alguien olvida su sombrilla.

Es una fila de preguntas a las que aún no buscan las respuestas
Porque temen que aparezcan las promesas
Como en la caja que queda olvidada en el zaguán cuando se hace la mudanza.

domingo, 12 de octubre de 2008

Archivos encontrados

Muro

Quiero ser muro, ser un Bartleby
Ser mancha sobre tapete de corredor público
Al que pisan todos los días
Zapatos de gentes importantes.

Quiero ser muro, ser un Bartleby
Ser tronco, raíz de árbol grande.
Dormida entre tierra húmeda y callada.


No me gusta la maldad (cuando la veo)

No me gusta la maldad cuando la veo.
Me gusta, cuando habita en mí y
Puedo estar contigo sin mirarte.
Me gusta, cuando se sienta a la mesa
Y come de mi plato.

No me gusta, cuando se pega a las costillas
De un caballo que empuja una carreta,
Ni cuando vela el sueño de un perro atropellado.

Me gusta la maldad, es verdad,
Cuando puedo mirar tus manos sin amarte.

Distopía

Vallas a lado y lado de la calle,
sobre edificios
sobre las cabezas de hombres y mujeres apeñuscados en un bus

es el pago por la velocidad,
de un punto a otro.

Alguien lo dijo:
Una línea recta es el mejor modo de llegar
¿A dónde?, pregunto yo.

Voy en ese bus
Hombres y mujeres se apeñuscan contra mí

es el pago por la velocidad,
por ir de un punto a otro.

No conozco mejor invención que la excusa.

Sus costillas se incrustan en mis codos
Sus dedos se meten bajo mis pies

es el pago por la velocidad,
de un punto a otro
y yo solo pregunto:
¿Para qué?

domingo, 5 de octubre de 2008

Sobre el desamparo y la intemperie

Tengo una casa,
un trabajo,
libros y cuadernos.
Tengo cosas,
Tengo recuerdos,
Tengo reparos
y remordimientos.

Tengo la imagen de un perro,
Allá en una esquina que solo yo conozco.
Y la imagen de una tarde en la mitad del mundo y de un carrusel
Que da vueltas y vueltas y vueltas,
Hasta enredarse con la nostalgia,
Haciendo cocos a la vida,
A esta vida que es un objeto, una cosa que se observa mientras se pegan las manos en la vitrina y se lee la explicación en la ficha técnica.