Tengo una casa,
un trabajo,
libros y cuadernos.
Tengo cosas,
Tengo recuerdos,
Tengo reparos
y remordimientos.
Tengo la imagen de un perro,
Allá en una esquina que solo yo conozco.
Y la imagen de una tarde en la mitad del mundo y de un carrusel
Que da vueltas y vueltas y vueltas,
Hasta enredarse con la nostalgia,
Haciendo cocos a la vida,
A esta vida que es un objeto, una cosa que se observa mientras se pegan las manos en la vitrina y se lee la explicación en la ficha técnica.
La emergencia del neofascismo o el regreso de los muertos vivientes
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Por: Otto Gerardo Salazar
El fascismo, que creíamos sepultado después de la segunda guerra mundial,
ha mostrado sus orejas de lobo y hoy se hace present...
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