No hay peor raza que la humana, señores. Ninguna como ella tiene la capacidad y la inteligencia tan refinadas para despreciar al débil.
Ningún ser vivo maquina, de forma perfecta como él, los modos de dañar. Tanta es su gracia para hacerlo que lo hace contra sí mismo sin dilación alguna.
Ninguno, como los de su estirpe, se lleva la excelencia cuando de maltratar se trata.
Conozco a varios, señores, mencionar nombres no viene al caso. Eso solo añadiría mayor gloria a sus figuras putrefactas.
Bogotá, 2009
2 comentarios:
estoy contento de leerte de nuevo porque es la primera vez que defiendes a los débiles
isaías
La fuente de tu felicidad me deja pensando sobre mis objetivos de ataque y de defensa... lo hablaremos mejor...
Abrazo
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