Esto es para todos aquellos y todas aquellas que, de forma lamentable, siguen creyendo y considerando que la mejor manera de dar cuenta de una experiencia erótica -qué digo erótica, más bien sexual- en la literatura es poner a la lectora en la ardua tarea de repisar las letras que conforman la palabra pene o vulva, pijo o coño, poseí y penetré (y no sigo con el recuento porque no quiero caer en el juego de lo pornográfico), estas líneas del César Vallejo de Trilce. Qué más lección de escritura que la misma escritura:
Pienso en tu sexo.
Simplificado el corazón, pienso en tu sexo,
Ante el hijar maduro del día.
Palpo el botón de dicha, está en sazón.
Y muere un sentimiento antiguo
Degenerado en seso.
Bogotá, 2009
Pienso en tu sexo.
Simplificado el corazón, pienso en tu sexo,
Ante el hijar maduro del día.
Palpo el botón de dicha, está en sazón.
Y muere un sentimiento antiguo
Degenerado en seso.
Bogotá, 2009
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