Nada más consecuente con su oficio que la ausencia del reloj, por eso la mirada un poco oblicua a aquellos que lo presentan como una cuestión de horarios.
El escritor no define la conjugación de su acción frente a una pantalla o a una hoja en blanco, aunque no hay que desconocer que el resultado, sin duda, tiene forma de libro.
Bogotá, 2011
La emergencia del neofascismo o el regreso de los muertos vivientes
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Por: Otto Gerardo Salazar
El fascismo, que creíamos sepultado después de la segunda guerra mundial,
ha mostrado sus orejas de lobo y hoy se hace present...
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