Cómo se puede ser feliz o hablar de alegría después de experimentar la banalidad del mal. (Estoy dejando que se cuele por entre las letras que escribo la voz de Arendt.) Cómo no levantarse a mitad de la noche, cómo no interrumpir un sueño tranquilo, la tibieza de la ropa de cama, sintiendo que soy un ser común y corriente, un ciudadano más, una persona normal, y presintiendo la angustia que este sentimiento causa.
Bogotá, 2014
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