Hace unos cuantos días escuché por radio que Michael Jackson estaba poniéndose en forma para su gira de conciertos con uno de nuestros recuerdos de infancia, “El hombre increíble”. Imaginé no a Lou Ferrigno, el actor que se sometía –imagino también– a largas sesiones para que músculos y cejas fueran fijadas con suficiente pegante a su piel, sino al hombre verde de venas brotadas atravesando el letrero de “Neverland” con la dura misión de sacar musculatura al liso cuerpecito de Jackson.
Hoy, 26 de junio de 2009, Michael Jackson está muerto, muertito, muertote, y tendremos que seguir viendo capítulos trasnochados de “El hombre increíble” porque Lou Ferrigno no pudo cumplir su misión.
Bogotá, 2009
Hoy, 26 de junio de 2009, Michael Jackson está muerto, muertito, muertote, y tendremos que seguir viendo capítulos trasnochados de “El hombre increíble” porque Lou Ferrigno no pudo cumplir su misión.
Bogotá, 2009
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