No le doy comida a lo vivido
porque no vivo de cambiar el pasado.
Simple,
lo abandono
como quien deja pasar un bus que le sirve
pero
que no toma.
Tampoco critico a quienes lo hacen,
a quienes caminan 30 cuadras
renegando
sobre el bus que dejaron pasar de largo.
Son vidas
son formas de vivir la vida.
Lo que me revienta
es que quieran
que los otros
lloren
y compartan sus miserias.
Las miserias son de cada uno.
No hay que sacarlas
como sacan
los mendigos la llagas en las esquinas sucias
de las ciudades
para despertar lástima.
No hay nada peor que despertar lástima en el otro.
No hay nada peor que despertar lástima cuando
se sabe que ni siquiera la lástima se merece...
Bogotá, 2011
La emergencia del neofascismo o el regreso de los muertos vivientes
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Por: Otto Gerardo Salazar
El fascismo, que creíamos sepultado después de la segunda guerra mundial,
ha mostrado sus orejas de lobo y hoy se hace present...
2 comentarios:
Bárbaro !!!
¡Basto!... Un visita a este blog y me encuentro con tremendo texto. En buena hora lo leo. Gracias.
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