He experimentado la angustia ante una pérdida de memoria que me impidió, por dos días, entrar a uno de mis correos y al blog. Esta pérdida, patrocinada por mi nueva condición tras la llegada de la bella Amelia, y mi exagerada permanencia, en este último tiempo, en mis dispositivos móviles, que le hacen a uno la vida más fácil y cliqueable con tan sólo acceder a un icono, ha actuado en detrimento de mi memoria para aquello que no se debe olvidar.
Pasado el episodio de confusión, he recuperado la compostura y, espero, el ritmo de la escritura, ahora que los horarios y las actividades de la bella Amelia (que en este momento se concentran en comer y dormir, y ser divina) van, poco a poco, dejando de ser desconocidos para mí.
Bogotá, 2012
Bogotá, 2012
1 comentario:
¡ Qué bueno !
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