[A propósito de un informe sobre la mesa “Realismo en la literatura: ¿única forma válida de ejercer la crítica social? Realizada en la pasada 21ª Feria Internacional del Libro de Bogotá]
El día sábado 3 de mayo se llevó a cabo un encuentro, auspiciado por el Instituto Caro y Cuervo, de escritores y algunos integrantes del grupo de investigación “Heterodoxias” en torno al modo en que el realismo está o no presente en la novela colombiana actual. A partir de la ponencia de Paula Andrea Marín Colorado titulada “Novela colombiana contemporánea: realismo prosaico o realismo crítico” se abrió un espacio de reflexión en torno a los desplazamientos, disidencias o permanencias del realismo como garantía o no de la especificidad literaria. Variados e ilustrativos fueron los puntos de vista de escritores como Selnich Vivas, Juan Diego Mejía y Julio Paredes quienes desde su propia experiencia creativa y su veta de formación, fueron aportando a la discusión inicial aspectos interesantes e intrigantes como el actual desmoronamiento de las teorías realistas expresado por Vivas respecto al panorama actual del estudio literario en Alemania. La experiencia de Selnich Vivas se constituye como posible desplazamiento de la invención literaria que ya no sería vista como una responsabilidad del escritor –sujeto comprometido con su tiempo y con su entorno particular- sino como una zona propicia de intervención por parte de los medios de comunicación que restarían campo y acción –gracias a la globalización- a factores hasta el momento decisivos como la identidad nacional o la conformación de literaturas nacionales, para abrir sus puertas a la universalidad y a la proposición de nuevos mundos más afines a lo efímero y volátil que a lo tangible y clasificable. Este desmoronamiento de las teorías realistas no estaría tan alejado de las apreciaciones de escritores como Juan Diego Mejía o Julio Paredes que, si bien no hablan en términos de desplazamientos, si anuncian –a partir del privilegio por el espacio interior del autor- un desdibujamiento de lo nacional como garantía o interés de la creación literaria que provoca, ahora sí, la mudanza del compromiso del autor ya no a una cuestión social o temática sino a una cuestión que involucra el proceso creativo, como bien lo señaló el escritor antioqueño Juan Diego Mejía. Dicho compromiso al concentrar ya en el espacio interior y propio del escritor discusiones y problemáticas antes localizadas en un espacio exterior y ajeno, deja expuesta la filiación de los escritores al espacio interior, según lo expresó Julio Paredes autor de la novela La celda sumergida, y me permite extender la visión de la explícita presencia de un yo creador en la textura narrativa como la materialización de una tendencia estética que registra la resistencia del autor frente al desdibujamiento del sujeto y a la reelaboración del concepto de lo nacional que se ha encargado de patrocinar y promulgar la contemporaneidad.
1 comentario:
Memorables son las palabras de Juan Diego Mejía, dadoras de honestidad y de belleza. Vuelvo a ellas cuando este cuento de los estudios literarios se convierte en un espacio demasiado estrecho...
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