Al contar algo, cuestión que pocas veces sucede, tengo la manía de reconstruir la escena del acontecimiento. Esa necesidad de dar un espacio y un tiempo específicos al evento, me llevan a retroceder la película de manera sustancial. Es probable que mi oyente se canse de que siempre recurra al mismo modelo, de igual modo en que mi agotamiento sale a flote cada vez que alguien me cuenta, de forma pormenorizada, una película o un libro. Hasta que la muletilla no sea resaltada por alguien, no podré saberlo.
Bogotá, 2011
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