Mujer y hombre atados con una trenza de tela roja.
Luego, cerró las páginas y pensó que lo mejor sería no leerlo, que mejor que eso sería poder dar una vuelta por el parque, saboreando una paleta de tienda; sentarse en una banca a mirar cómo la oscuridad se traga calles y gente.
Bogotá, 2010
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