viernes, 28 de mayo de 2010

Delicias del azar

Leo, mientras le robo trayecto a las rutas de taxi que me llevan de aquí para allá y de allá para aquí, No es país para viejos, de Cormac McCarthy, novela que fue traducida al lenguaje cinematográfico de la mano de los hermanitos Coen.
Hago un recorrido gastronómico por los restaurantes y bares de La Macarena, de la mano de Castor.
Leo y fumo, duermo y pienso, mientras Castor diseña, y escribo esto, recuperación de la respuesta a una pregunta concreta:
En un supermercado.
Los dos íbamos por el mismo frasco.
De champiñones.
Encurtidos.
En mi casa.
Con tostadas de pan francés.
Bogotá, 2010.

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