sábado, 1 de mayo de 2010

Nueva matinal


De a mordiscos, me muerden.

De a mordiscos arrancan cada uno de los dedos de mis pies

Y las vísceras que ya cuelgan de mi espalda

Aunque no son dedos ni son vísceras

Unos dientes, que no son los míos,

Mordisquean mi carne

Se deleitan con mis ya roídos huesos.

Bogotá, 2010.

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