En las reconstrucciones que se hacen de la escena del crimen (todo acto de escritura es, sin duda alguna, una forma de ejercerlo), los indicios son parte importante del acontecimiento. El creador, matarife o asesino, las circunstancias poco importan, debe alimentar, además de la pasión y el deseo por el delito y la trasgresión, un gusto enfermizo por la mentira y la máscara.
Bogotá, 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario