Y qué me importa si existe o no el arte. Me tienen sin cuidado las discusiones al respecto. Pueden irse al diablo Ortega y Gasset, Benjamin o Adorno. También los que dicen vivir de él o sin él. Qué me importan, si el arte no es un tema para discusión de una mesa o de una tarde. Al arte no le interesa, como a mí, que lo nombren.
Bogotá, 2010
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