Hablamos con el hombre, le pedimos que nos dejara entrar, que no nos demorábamos. Él continúo con su cigarrillo entre los labios y con la mirada colgada en el árbol del frente. Las pieles de las ovejas se arrinconaban junto a la mujer, eran una montaña blanco-sanguinolenta. Caminamos y no te pregunte a qué olía. No interesaba. Luego, la fila de cabezas que vi al otro lado en el vidrio opaco del baño.
¿A dónde ven los jóvenes poetas? - Poema.
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¿A dónde ven los jóvenes poetas? Mientras los poetas mayores piensan en
su angustia, y en su imposibilidad de entender a las mujeres, romantizando
el ...
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