lunes, 22 de diciembre de 2008

En camino

Ahora, ya en el filo del tiempo,
La mujer se sienta en la silla roja
De su padre
Y piensa…

Piensa porque ya no cree en las palabras
Que se escriben en papeles
Y se envían con fechas determinadas
Piensa porque, adentro, aún dan vuelta
Canciones que quiere borrar
Piensa porque quiere inventar sus recuerdos
Para desterrar, así, algunos momentos.

Ahora, ya en el filo del tiempo,
La mujer se sienta en la silla roja
Que era de su padre
Y piensa…

domingo, 14 de diciembre de 2008

Ante lo que hay

La parresia… ¿única salida?

viernes, 12 de diciembre de 2008

Revisión


Ahora, que encaramo cosas a mi sitio, me doy cuenta de que hace dos semanas no incluyo nada nuevo. Aprovecho, entonces, la ocasión para alejarme un poco de mis textos e ingresar a los textos de otros. Leo, hace días y tratando de evitar el deber, una novela de una escritora colombiana, joven ella, incluida dentro de eso que les dio por llamar Bogotá 39, Pilar Quintana. La leo porque me di a esa tarea y porque hace unos meses, en una de esas ventas de bodega que resultan en los corredores de la Biblioteca Luis Ángel Arango encontré su segunda novela Coleccionistas de polvos raros, por uno de aquellos precios que es imposible evitar. Tardé mucho en terminarla y la cuestión no obedece a una complejidad en su apuesta literaria. Es más, se lee, como rezan las novelas de ahora, de forma ágil y rápida. La tardanza obedeció más a un problema de conexión. Debo confesarlo: es mi falta. Sin lugar a dudas. Para animarme, tuve que buscar en Google los enlaces que aparecieron al escribir su nombre en el espacio en blanco. Debo decir, también, que la motivación responde mucho más a un afán por saciar la curiosidad frente a un chisme. Muy apropiado para la sección de farándula de nuestros noticieros. La tensión fue dada, primero, por un artículo sobre Andrés Caicedo que le publicó a Quintana una de esas revistas que son trampolín y escena de nuestros jóvenes y avezados talentos literarios. Más que con su texto, me entretuve con los comentarios de los lectores. Después, no pude evitar el paso a una respuesta a modo de carta de amor de Sandro Romero a la susodicha. He aquí la delicia que se permiten estas revistas “solo para hombres”. No hallé más cartas cruzadas sobre el tema. Tal vez el asunto quedó zanjado allí o, es muy probable después de leer algunas entrevistas concedidas por la escritora, que el asunto se solucione en alguna próxima novela. Habrá que ver, seguirá siendo parte de mi tarea…

domingo, 30 de noviembre de 2008

En la Re-vuelta

Es una huída que nadie entiende
-No tendrían por qué hacerlo-

Es una imagen pegada en la pared del frente
En mi cuarto
Que se desliza cada vez que tomo uno de aquellos buses rojos
Y me persigue en cada charco de la calle

Y tú no lo entiendes
Porque miras todo con los ojos del propósito
Y yo tampoco te lo puedo explicar
Porque siempre miro con los ojos del deseo

¿Es eso malo?

Será, entonces, un error más para el Sumario
Y tomará la forma de un perro solitario en una calle en un día de lluvia
Hasta que pueda acomodar las fichas de todo esto en una maleta de viaje sin retorno.

martes, 18 de noviembre de 2008

A propósito

Bob Dylan me cantó una canción la otra noche.
Yo la canto todos los días
Mientras viajo de un lado a otro de la ciudad
Y dejo atrás lo que recuerdo de mí al cerrar la puerta de una casa que ya no es mía.

Bob Dylan me canta una canción cada noche.
Y yo la escucho mientras tecleo letras que se aparean como roedores en una cueva
Animales de fondo,
con ruido de fondo,
al cerrar la puerta de una casa que ya no quiero

sábado, 8 de noviembre de 2008

Sesión de estudio

Hombre estúpido
Que te diriges a mí con la pregunta
“¿Me sigues?”

Yo, más estúpida
solo para ti,
Te respondo con mi cabeza
Mientras sonrío

“¿Te diviertes?”, vuelves a preguntar
Tú,
Estúpido
Y te jactas de un par de números
Que un profesor puso para ti
Al final,
Sobre la hoja en blanco.

Con las uñas dibujo sobre la tela de mi pantalón
El dos que te mereces

“¿Me sigues?”, repites
Porque es lo único que,
junto con una baba espesa,
produce tu lengua.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Asuntos importantes


Son las 5:48 de la tarde y Paco se enfila camino a casa. Sabe que Roberto está próximo a llegar porque las personas bajan de los buses y buscan en los bolsillos o carteras las llaves de sus casas. Lo sabe porque ha visto a Roberto hacer lo mismo. A las seis de la tarde, con la puntualidad que lo caracteriza, Paco se sienta frente a la fachada de su casa a esperar. Una mujer que pasa pregunta a otra la hora: la voz de un 6:08 entra por sus orejas. Hace más de doce horas, a las 7:13 de la mañana para ser exactos, Paco se paseaba por el jardín mientras Roberto terminaba de asegurar el candado de entrada: ese es su ritual antes de tomar el bus para ir al trabajo mientras Paco se queda en la calle mirando gente que a veces lo saluda y a veces no. Tras una corta despedida, Paco corre hasta la esquina donde Mariana espera el bus que la lleva de lunes a viernes al colegio. Para ese momento serán las 8:07 de la mañana y Paco será feliz en compañía de la niña de once años con maletín y lonchera marcados con un gran rótulo que informa nombre completo, dirección y teléfono en caso de pérdida. Al doblar la calle, y entre una nube gris, el bus desaparece de la vista de Paco. Entonces se sienta un rato en el andén, corre por el césped de las casas del barrio, mira los colores de los tapetes de las entradas, detiene la marcha al topar algún objeto botado en el piso, responde a los saludos de las personas que se le acercan, se sienta de nuevo un rato en el andén hasta que oye a lo lejos un rugido que poco a poco se aclara: la furgoneta que llega a las 10:02 de la mañana con leche y carne para la tienda. Paco, en su felicidad, olvida saludar a la dueña. Se desliza entre sillas y patas de mesa para alcanzar a los hombres vestidos de blanco, con botas y gorros blancos que cargan entre sus brazos bolsas blancas que la dueña mete en una vitrina fría e iluminada. Paco sabe que ahora la suerte pende del saludo a la señora y sabe que sus esfuerzos traerán de la mano una recompensa deliciosa: un pedazo de carne o un tazón con leche. Nunca se equivoca. Se despide con el sabor de la comida aún en su lengua porque no quiere perderse el paso del grupo de hombres tras el descanso de la obra. A la 1:13 de la tarde el sueño de Paco es interrumpido por el llamado de la dueña de la tienda: en un plato, algo desportillado, lo esperan trozos de carne mezclados con arroz y habichuelas. Come sin pena, mascando y tragando, porque la gente es de confianza. No esconde ni su hambre ni su saciedad. Limpia el plato porque así agradece la invitación, roza con su pelo desordenado la mano de la dueña y sale dejando una estela de felicidad entre los comensales, la mayoría trabajadores, empleadas y vendedores ambulantes de la zona. A las 2:32 de la tarde Paco de nuevo es parte de la esquina donde el bus escolar deja a Mariana. Los dos se saludan como viejos amigos que se encuentran en una estación. La voz de la niña cuenta la clase de manualidades mientras las manos muestran una cartulina blanca pegoteada de lanas de colores y lentejuelas. La voz de la niña relata la caída de su amiga en clase de educación física mientras piernas y manos devuelven la cinta justo en el momento previo del accidente. Paco brinca, corretea y husmea el maletín y la lonchera. Sabe que quedó algo de comida para él porque el olor del pan y el jamón reposados revolotea en su nariz. Se despiden en la puerta de la casa de Mariana. La cabeza de su madre se teje entre el velo de la ventana de la sala. Aún quedan unas cuantas horas. Paco tendrá que ovillar el tiempo mientras camina una y otra vez las calles del barrio. Jugará con sus rastros, reteñirá las huellas que ha dejado. A algunos vecinos no les gusta que haga eso pero a Paco parece no importarle. De nuevo, son las 5:48 de la tarde y Paco se enfila camino a casa. A las seis de la tarde, con la puntualidad que lo caracteriza, Paco se sienta en la acera. Los minutos pasan y aunque Paco no tenga reloj ni conciencia del tiempo siente que la tarde se alarga hasta que las sombras son un cielo negro y unas luces encendidas en las casas. Una voz le dice a otra 6:08. Un silencio largo. Otra voz habla de las 6:11. Y más allá, cuando para Paco se inicia otro día, escucha que no se ha pasado de las 6:14. Luego vienen las 6:21, las 6:25 y las 6:32 disfrazadas de personajes de una película de suspenso con un fondo musical que no es otra cosa que el hambre paseando por sus tripas. A las 8:51, cuando Paco ha renunciado a casa y comida, aparece Roberto con sus llaves y una bolsa de papel entre las manos, Paco lo saluda y ambos entran. Ahora, desde fuera, los demás podrán ver una luz más encendida en esa casa.

domingo, 26 de octubre de 2008

La visita

Nos vimos hace unos cuantos días.
Se bajó de un taxi con una maleta:
Traía libros y ropa
Pero tuve que prestarle mi jabón y mi crema dental

Venía del centro
Traía los zapatos sucios
Y pisó mi alfombra más querida

Dejó una marca en el espejo
Y un vaso usado sobre la mesa

Por la tarde, cuando volví,
Respiré con deleite la soledad de mi casa.

martes, 21 de octubre de 2008

Manifiesto

No tengo autores preferidos.
No tengo canciones o cantantes preferidos.
Preferiría, como Bartleby, no hacerlo.
Ya no lo trago
Como sucede cada vez que alguien hace la pregunta.
No he leído al que haz leído y que ahora me preguntas
Es probable que nunca lo lea solo porque tú lo leíste
Ya no me interesa
Leo porque me da la gana
Lo mejor ha sido por azar
Escribo porque me da la gana
Lo hago cuando me da la gana
Es probable que esté errada
Necesitaré una revisión
Según tú
Según ellos
Según yo

Me aburro en las lecturas
Congresos y encuentros (el único divertido fue uno sobre gastronomía en La Recoleta, ¿te acuerdas?)
Discursos vanos
Tiempo que no se va al coladero
Sentados en las sillas, son bocas parlantes
Bla, bla, bla (conocí a uno que arruinó mi cena hace poco)
Toman y reparten algo que ellos llaman por su nombre
El de ellos,
Mientras las palabras, aferradas a la hoja
Temen el arrebato
Por miedo a tanta vanidad ajena.

lunes, 20 de octubre de 2008

Necesidad de piso

Es lo que queda del pasado
Es el reclamo que se incrusta en las esquinas
Después, cuando todos han pasado y alguien olvida su sombrilla.

Es una fila de preguntas a las que aún no buscan las respuestas
Porque temen que aparezcan las promesas
Como en la caja que queda olvidada en el zaguán cuando se hace la mudanza.

domingo, 12 de octubre de 2008

Archivos encontrados

Muro

Quiero ser muro, ser un Bartleby
Ser mancha sobre tapete de corredor público
Al que pisan todos los días
Zapatos de gentes importantes.

Quiero ser muro, ser un Bartleby
Ser tronco, raíz de árbol grande.
Dormida entre tierra húmeda y callada.


No me gusta la maldad (cuando la veo)

No me gusta la maldad cuando la veo.
Me gusta, cuando habita en mí y
Puedo estar contigo sin mirarte.
Me gusta, cuando se sienta a la mesa
Y come de mi plato.

No me gusta, cuando se pega a las costillas
De un caballo que empuja una carreta,
Ni cuando vela el sueño de un perro atropellado.

Me gusta la maldad, es verdad,
Cuando puedo mirar tus manos sin amarte.

Distopía

Vallas a lado y lado de la calle,
sobre edificios
sobre las cabezas de hombres y mujeres apeñuscados en un bus

es el pago por la velocidad,
de un punto a otro.

Alguien lo dijo:
Una línea recta es el mejor modo de llegar
¿A dónde?, pregunto yo.

Voy en ese bus
Hombres y mujeres se apeñuscan contra mí

es el pago por la velocidad,
por ir de un punto a otro.

No conozco mejor invención que la excusa.

Sus costillas se incrustan en mis codos
Sus dedos se meten bajo mis pies

es el pago por la velocidad,
de un punto a otro
y yo solo pregunto:
¿Para qué?

domingo, 5 de octubre de 2008

Sobre el desamparo y la intemperie

Tengo una casa,
un trabajo,
libros y cuadernos.
Tengo cosas,
Tengo recuerdos,
Tengo reparos
y remordimientos.

Tengo la imagen de un perro,
Allá en una esquina que solo yo conozco.
Y la imagen de una tarde en la mitad del mundo y de un carrusel
Que da vueltas y vueltas y vueltas,
Hasta enredarse con la nostalgia,
Haciendo cocos a la vida,
A esta vida que es un objeto, una cosa que se observa mientras se pegan las manos en la vitrina y se lee la explicación en la ficha técnica.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Sobre el tiempo recobrada la memoria

Hablamos con el hombre, le pedimos que nos dejara entrar, que no nos demorábamos. Él continúo con su cigarrillo entre los labios y con la mirada colgada en el árbol del frente. Las pieles de las ovejas se arrinconaban junto a la mujer, eran una montaña blanco-sanguinolenta. Caminamos y no te pregunte a qué olía. No interesaba. Luego, la fila de cabezas que vi al otro lado en el vidrio opaco del baño.

jueves, 18 de septiembre de 2008

El inicio- Inspiración

Desde la puerta, desde el marco de la puerta, se abre la ventana. Colores regados por descuido sobre el piso de madera, sobre la tela de los muebles. La sorpresa ante la foto de un lugar conocido.

Hilos que amarran lo que no se dice, por temor al silencio.
La luz que no pide permiso para entrar y mostrar lo que queremos.
Niño inquieto que no atiende los reclamos de la madre en la sala de espera de un hospital.

http://academiareport.blogspot.com/

martes, 19 de agosto de 2008

Circularidad

No hay que nombrar la palabra que se nombra a sí misma sin excepción.
Figuras que se trazan al arrimo del lápiz sobre un papel.
El cambio de la letra e por una a se explica en veinte o más páginas que se leen entre la desconfianza y la angustia de lo ilegible.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Repeticiones de lugar

Ahora, caminando por calles que no conocia, encuentro puntos, lineas, letras y palabras que se repiten aqui y alla. Son formas de luchar en contra del olvido del lugar del cual vengo, de lo que he dejado, de lo que he vivido, recorrido, difrutado, sufrido... Tan simple como un nombre conocido, tan distante como un paisaje al que interfiere una carretera... Es un paseo por una plaza, una comida que se pide en un nuevo sitio...

lunes, 4 de agosto de 2008

Guardabosques y cometas

Justo ayer, mediando un licor de cerezas amargas, las historias volaron al viento: un señor subido de una altura de la cual ya no pudo bajar; hombres y niños trepados en bicicletas no superan el paso de un puente de concreto; pedidos de carbón por comunicadores; una huerta donde sólo debería existir árboles y pasto… Y, todo, porque ya llegó agosto.

domingo, 27 de julio de 2008

Variaciones para llegar a un mismo sitio

Los concursos literarios, en todas sus modalidades (léase cuento, novela, ensayo, poesía, relato), son variaciones de un mismo movimiento: pre-texto de un sostenido. La secuencia inicia desde el título para una parcela delimitada, adornada para que sea llamativa. Después viene la danza del divertimento, en donde [con la seguridad] de la palabra ya empeñada, se lanzan sonidos al aire para que afuera se enteren de que algo se hace al interior de una escena que ya tiene el reparto asegurado. Después viene el tiempo prudencial (parte del decorado) concluyendo en un Molto vivace que desenmascara lo que ya se conocía desde el inicio de la obra: un nombre que sea un peso, una garantía de seguir en el mismo y eterno sonsonete de toda la vida.

viernes, 25 de julio de 2008

Instantáneas

Cuando las cartas se ponen sobre la mesa
Ya no importan las palabras
Ni un maldito tiquete que se compra
Ni una maleta que se arma una y otra vez sobre la cama

Cuando las cartas se ponen sobre la mesa
Y nada importa
Ya no importan las palabras

domingo, 20 de julio de 2008

El realismo literario: en la esfera de lo íntimo

[A propósito de un informe sobre la mesa “Realismo en la literatura: ¿única forma válida de ejercer la crítica social? Realizada en la pasada 21ª Feria Internacional del Libro de Bogotá]
El día sábado 3 de mayo se llevó a cabo un encuentro, auspiciado por el Instituto Caro y Cuervo, de escritores y algunos integrantes del grupo de investigación “Heterodoxias” en torno al modo en que el realismo está o no presente en la novela colombiana actual. A partir de la ponencia de Paula Andrea Marín Colorado titulada “Novela colombiana contemporánea: realismo prosaico o realismo crítico” se abrió un espacio de reflexión en torno a los desplazamientos, disidencias o permanencias del realismo como garantía o no de la especificidad literaria. Variados e ilustrativos fueron los puntos de vista de escritores como Selnich Vivas, Juan Diego Mejía y Julio Paredes quienes desde su propia experiencia creativa y su veta de formación, fueron aportando a la discusión inicial aspectos interesantes e intrigantes como el actual desmoronamiento de las teorías realistas expresado por Vivas respecto al panorama actual del estudio literario en Alemania. La experiencia de Selnich Vivas se constituye como posible desplazamiento de la invención literaria que ya no sería vista como una responsabilidad del escritor –sujeto comprometido con su tiempo y con su entorno particular- sino como una zona propicia de intervención por parte de los medios de comunicación que restarían campo y acción –gracias a la globalización- a factores hasta el momento decisivos como la identidad nacional o la conformación de literaturas nacionales, para abrir sus puertas a la universalidad y a la proposición de nuevos mundos más afines a lo efímero y volátil que a lo tangible y clasificable. Este desmoronamiento de las teorías realistas no estaría tan alejado de las apreciaciones de escritores como Juan Diego Mejía o Julio Paredes que, si bien no hablan en términos de desplazamientos, si anuncian –a partir del privilegio por el espacio interior del autor- un desdibujamiento de lo nacional como garantía o interés de la creación literaria que provoca, ahora sí, la mudanza del compromiso del autor ya no a una cuestión social o temática sino a una cuestión que involucra el proceso creativo, como bien lo señaló el escritor antioqueño Juan Diego Mejía. Dicho compromiso al concentrar ya en el espacio interior y propio del escritor discusiones y problemáticas antes localizadas en un espacio exterior y ajeno, deja expuesta la filiación de los escritores al espacio interior, según lo expresó Julio Paredes autor de la novela La celda sumergida, y me permite extender la visión de la explícita presencia de un yo creador en la textura narrativa como la materialización de una tendencia estética que registra la resistencia del autor frente al desdibujamiento del sujeto y a la reelaboración del concepto de lo nacional que se ha encargado de patrocinar y promulgar la contemporaneidad.

martes, 15 de julio de 2008

Todo lo que queda es ciudad

Postales pegadas en el espejo de una habitación
Postales perforadas y rayadas sin letra alguna por su lado blanco
Una ruta que se lee en calles sueltas, escapadas del bolsillo de algún niño necio.

[Tras la vista panorámica a un texto de Sergio Chejfec…]

Hastío 2

Ahora, mientras leo un artículo del argentino Daniel Link, encuentro varias cosas (me reservo con cierto deleite "útiles"): sólo revelo, por el momento ésta, un doblez de una cita de Borges… Si la literatura no fuera más que un álgebra verbal, cualquiera podría producir cualquier libro, a fuerza de ensayar variaciones.

lunes, 14 de julio de 2008

Otredades

Son otros quienes se repiten en las vitrinas de una calle fastidiada por zapatos, llantas y basura.

La silueta de dos hombres a la entrada de un café: un silencio pronunciado por varillas y tela impermeable de paraguas.

domingo, 6 de julio de 2008

Repeticiones 2

Un instante que se repite la tarde del sábado:
Niño que cuenta las fichas de un juego sobre una mesa redonda
Y la mujer sentada al otro lado,
Del otro lado del espejo

Repeticiones

Saltar los extremos que retiñen los contrarios como camino directo y sin exclusas.
Algunos, con traje de poeta, se cuelan en los encuentros de los poetas, beben vino y lanzan tristezas al aire tras una sonrisa.

La cinta que pasa una y otra vez al otro lado del vidrio…

lunes, 30 de junio de 2008

Encuentros

Entre hilo e hilo, al murmullo de una voz, se mueve la tela con sus colores y texturas...
http://www.mesitadepaula.blogspot.com/

Recomendado

Y volvieron los corredores de ladrillo y baldosa con sillas de madera. Lectura de poetas de la mano de otro poeta que se acompañaba de perros...

http://flickr.com/photos/rotomonte/

Hastío

Llena la tristeza de saber que, para algunos, la creación se reduce a una cuestión de fórmulas.

Tránsitos

Se necesita un poco más de hora y media de viaje para descubrir que las diferencias son tan solo un asunto de montañas y casas que se reflejan las unas en las otras.