jueves, 17 de septiembre de 2009

Remembranzas autistas


En algún momento pasado, en una noche sobre una calle bogotana, Efraim Medina me preguntó si creía en el amor. No, no creo en el amor. Para matarlo hay que estar convencido de que existe y yo no creo en él. Creo, por el contrario, que hay una serie de factores que se encuentran en un momento determinado y cambian los lentes con los que vemos la vida: aligerando lo pesado y embelleciendo lo denostado. Después, cuando pasa el efecto, nos podemos reír, como lo han hecho los demás, de nosotros mismos.

Bogotá, 2009

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