martes, 1 de febrero de 2011

Vértigo

Cada vez asisto con más frecuencia al espectáculo de los aprendices de crítico. Resguardados durante el día, en sus jaulas prefabricadas de ejemplares de libros, ensayan, sobre el papel, sus coreografías. Por la noche, montados en la escena de una mesa, un vaso de agua y un público ávido de sus iluminaciones, los aprendices de crítico abren la boca frente al espejo. En eso consiste su éxito.
Bogotá, 2011

1 comentario:

Anónimo dijo...

como vos y tus escritos
un circo universal,
en las ponencias virtuales
en la fantasía individual.