miércoles, 7 de julio de 2010

Cuestión de culto


Un par de botas después de una larga jornada sin preparación alguna.

Una película escogida al azar en un puesto ambulante en una tarde de ocio.

El uno y lo otro, pero siempre conjugado.

La invisibilidad de las etiquetas.

Una buena comida.

Un buen lugar hallado sin quererlo.

El accidente.

La escritura.

Tu voz deslizándose por el corredor mientras subo la escalera.

De nuevo unas botas, mis botas.

Frida y Petra en una tarde de sol.

Aquello que nunca quiso ser y solo fue, por antonomasia.

Bogotá, 2010

No hay comentarios: